Calcetines saludables: sólo lo mejor para tus pies

Ya sea en el trabajo, de viaje, en casa o haciendo deporte, los calcetines nos acompañan en la vida cotidiana y en todas las situaciones imaginables.

Los calcetines pasan la mayor parte del tiempo en los zapatos y en los pies sudados. En los 8.000 pasos diarios habituales de una persona se frotan y se tiran, luego acaban en la lavadora, se suelen lavar demasiado calientes y luego puede que incluso se metan en la secadora, una verdadera prueba de resistencia. Una vez terminado todo eso, el ciclo vuelve a empezar.

Por un lado, el material es importante. Los calcetines de lana merina o de algodón son prueba de buena calidad. Por otro lado, hay que prestar atención a la elaboración de los materiales. Los hilos deben estar bien tejidos y, sobre todo, en la zona del talón y la puntera se utilizan hilos más resistentes para soportar la carga diaria. Por último, los calcetines deben estar hechos para cada pie, por lo que es importante ofrecer la calidad perfecta de calcetines en todas las tallas, pequeñas o grandes.

Pero la calidad no sólo está en el material y la elaboración, también el origen de los calcetines juega un papel importante. Especialmente los calcetines producidos en Europa no son en absoluto iguales o comparables a la producción en masa de otros países.